FARMACIA:
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Facultad de Farmacia UCM |
El cuerpo humano se conforma por más de 200 huesos que le sirven de estructura y protección. Sin los huesos, el armazón, el cuerpo no se sostendría, se derrumbaría. La Universidad Complutense de Madrid es una de las mayores instituciones educativas de nuestro país, con casi 200 años y más de 70.000 estudiantes. Esos 70.000 estudiantes, somos nosotros, el armazón que mantiene en pie, y viva, la institución. La Universidad, el cuerpo, lo sostenemos nosotros.
Tras casi dos siglos de experiencia, los tiempos cambian, y este año se marca un antes y un después. El miedo, la incertidumbre, nos ha parado a todos. Algunos, ya reaccionamos, despertamos, pero la institución que mantenemos sigue en un profundo coma. Se niega a despertar del sueño húmedo en el que todo se mantiene igual, donde no ha habido un solo cambio. El mundo avanza, y nos quedamos atrás.
Miles de nosotros nos hemos quedado sin trabajo, otros muchos han o están pasando la enfermedad, y mientras tanto, no recibimos ayudas ni respuestas. Sin mencionar, las terribles consecuencias psicológicas. Nuestra salud mental, va empeorando día a día. Vivimos hacinados en una habitación, donde tienen que compartir espacio, pero no tiempo, estudio y ocio. Con una concentración mermada, inexistente, se nos exige mantener los niveles previos, e incluso a veces superarlos.
Mientras tanto, un Gobierno autodefinido de izquierdas y progresista quiere blindar por decreto el modelo ‘3+2’. El cual supone otro mecanismo para hacer extensiva la precariedad de los estudiantes, dejando de lado a los jóvenes con menos recursos a acceder a una educación y tirando a la baja las condiciones generales del mercado de trabajo.
Desde este Gobierno, se insta a bajar a las tasas, pero no se aplica ninguna medida concreta. Desde este Gobierno, se insta a aumentar, en 100€, la cuantía de las becas, ignorando así el problema de los déficits estructurales. Desde este Gobierno, se insta a ponernos una tirita, y tirar hacia delante. Nos sentimos abandonados.
Cuando el cuerpo sufre un traumatismo, el esqueleto protege los órganos vitales de este. Aplacan el golpe. Sin el esqueleto, sin nosotros, nada se mantiene en pie. No hay protección. Y si nos coordinamos conseguiremos que el cuerpo avance en la dirección correcta. En la dirección de una educación pública, de calidad, gratuita y feminista, al servicio del pueblo.
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