Corría el año 2012, los principales sindicatos llegan a un acuerdo para convocar una huelga general Educativa para todas las etapas, desde la enseñanza infantil hasta la universitaria. En ese momento, la educación, igual que el país, se encontraba en una gran crisis, ya que se pretendía el despido de un número de profesores que oscilaba entre 40.000 y 100.000, por lo que salir a defender una educación publica, laica y de calidad era necesidad. Se hicieron manifestaciones y concentraciones en todos los puntos del estado español, llenando las calles, siendo la más numerosa la de Madrid, realizada por la tarde, aunque por la mañana se realizaron protestas en Ciudad Universitaria, donde participaron personal docente y estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid y Universidad Politécnica de Madrid.
Esto fue lo que prendió la mecha a diversas movilizaciones en otros años. En 2014, reclamando el derecho a becas y la lucha contra los recortes que estaba llevando en este momento el gobierno del Partido Popular. En el 2015, el ministro Ignacio Wert realizar un reforma educativa que se la llamó "3+2", que consistía en 3 años de grado y dos de máster, empobreciendo la calidad de los grados y convirtiendo la universidad en un negocio. Para ser ciertos, el problema universitario viene de antes, con la aprobación del plan Bolonia, que hizo que muchas carreras se redujeran en cuatro años y perdieran la categoría de licenciatura. Tanto el plan Bolonia, en años anteriores, como el 3+2 fueron muy rechazos por los estudiantes y se convocaron multitud de manifestaciones, donde veíamos lemas como " No al 3+2", "Defendamos la Educación pública", " La educación es un derecho, no un negocio"
Saltándonos años, donde el movimiento estudiantil no ha sido tan fuerte, aunque nos han seguido recortando derechos y calidad de educación, como con la entrada de la LOMCE, que sustituía a la LOE, llegamos a un 2020 con una universidad pública convertida en negocio, donde las entidades privadas tienen mucho poder en las becas que aportan centros como la UCM, en definitiva, haciendo peor una educación. Quizás ya sea hora de volver a organizarnos y luchar por lo público, ya sea por la sanidad o educación, ya que LA EDUCACIÓN PUBLICA SE DEFIENDE, NO SE VENDE.
